Salvador está enamorado de su Gibson y su Fender, pero no se considera un
vehemente guitar-hero: "No, porque esa es una denominación
prototipo de los años sesenta. Ya pasó de moda. Ahora hay guitarristas del
super-carajo que no son guitar- heroes, como Allan Holdsworth. En los
setenta se ha cambiado el interés técnico: ahora, existe acercamiento al
jazz, antes era al blues. Casi todo lo que escucho es jazz rock, y aunque
esté tocando un rock intento darle un aire espacial, olvidando los cánones
típicos."
Su visión del punk es de las más inteligentes de entre los músicos con que he
hablado del tema: "Creo que el punk desempeña una labor didáctica. Hace cinco
años un chico escuchaba barbaridades como Yes, Genesis, King Crimson, Emerson
Lake & Palmer... Ahora, aunque esté otro bestia como Chick Corea, existen
también los Elvis Costello y Ramones. El chaval que los oiga puede decir yo toco
como esos tíos en una semana y se compra una guitarra. La afición ya ha
prendido. Eso es lo importante."
(Declaraciones a Antonio de Miguel,
revista Vibraciones, Barcelona, julio de 1978)
Salvador no comparte la fascinación de muchos de sus colegas por los virtuosos.
“El hacer encaje de bolillos no es mi estilo. Se cae en el exhibicionismo y se
olvida que la emoción es lo esencial. Puesto a buscar héroes, prefiero quedarme
con rebeldes tipo Zapata, Sandino, Durruti, Guevara, los que luchan contra los
abusos del poder. Además, un buen músico no me interesa si no es una persona
generosa. Admiraba a Andrés Segovia hasta que leí unas declaraciones suyas de lo
más miserable, en contra del rock. Yo no soy un rockista, aprecio todo tipo de
músicas; sin embargo, sí que creo que el rock implica un estilo de vida y una
ideología bastante radicales.”
(Declaraciones a Diego Manrique,
diario El País, Babelia, Madrid, 1998)
"Ahora, musicalmente, las cosas están muy complicadas. Hay que ser igual de
guapo que James Dean o Marlon Brando, tocar la guitarra como Jimi Hendrix y
tener más inteligencia que el tipo que asaltó el tren de Glasgow, y son tres
cosas difíciles de combinar... Mis guitarristas de rock preferidos
actualmente son el alemán Michael Schenker, el irlandés Gary Moore y el
estadounidense Ronnie Montrose."
(Declaraciones a Juanjo Díaz,
revista Pasha Pop, Barcelona, 1979)
"No hay ningún disco que haya hecho por imposición de nadie, siempre he grabado
lo que he querido y también me la he jugado por no hacer concesiones al mercado
ni a emisoras de radio. Quizá por ello me ha costado mucho más trabajo, pero
también me ha permitido no ser un músico acabado a los 25 años. Yo quiero morir
con las botas puestas, en un escenario y con una guitarra."
"En la música de rock está todo hecho desde hace muchísimo tiempo, puedes
mezclar y puede resultar original pero algo nuevo... Ahora mismo hay que
tomar riesgos, un músico tiene que tomar más riesgos que nunca porque hay cien
mil bandas, hay que hacer algo de calidad y espontáneo."
(Declaraciones a Joan Singla,
revista Metal Hammer, agosto de 1996)
"¿Qué estoy escuchando? Paganini." El guitarrista madrileño Salvador
Domínguez se quita los walkman con una sonrisa. Acaba de llegar al país
acompañado por el baterista argentino Michel Peyronel, otro de los integrantes
de Tarzen, agrupación que completan Danny Peyronel y Ralph Hood. "Yo diría,
dice Salvador Domínguez, que nuestro sonido recupera la potencia del
heavy metal, pero también la riqueza rítmica y la pasión de la música soul y
aquel sonido tan particular del sello Atlantic de los años 60. Algunos arreglos
de los teclados recuerdan aquellos metales del sello Stax, hay algún sonido que
puede evocar a Otis Redding, algún pasaje sinfónico que como guitarrista me
permite ser primer violín."
Domínguez dice que como madrileño no era su propósito ir a Chicago para sonar
como B.B. King. "Mi influencia más fuerte es la guitarra flamenca de Paco de
Lucía. Pero soy un guitarrista eléctrico, de rock, por supuesto, aunque no creo
en las clasificaciones. El gran Miles Davis nos viene demostrando desde hace
años que no existen las fronteras: él es el gran revolucionario de la música de
las últimas décadas."
(Declaraciones al diario La Nación,
Buenos Aires, 15 de septiembre de 1989)
"A partir de 1969, decidí dejar todo; el colegio y, sobre todo, a las pibitas.
Realicé, en cierto modo, una vida monástica que en el futuro me benefició.
Era yo solo con mi guitarra. Con el tiempo - sigue hablando Salvador -
fui madurando y abandonando un poco aquella vida ermitaña para tener un contacto
más directo con lo que estaba pasando en la calle, y más que en ella, con lo que
pasaba en el mundillo de la música. Es decir, comencé a relacionarme con gente y
a acudir a los pubs donde se daban cita los mejores guitarristas de Londres.
Esto sucedió a partir del año 1972, cuando comencé a tener confianza en la
guitarra."
De aquella época, Salvador, a base de tener contactos con guitarristas, aprendió
que éstos no viven en la realidad: "Para tocar la guitarra no puede ser uno
realista, si no no hubieran muerto Jimi Hendrix, Paul Kossoff y otros. La
guitarra es un instrumento muy romántico y yo hace tiempo que decidí unirme a
ella."
(Declaraciones a José Antonio Maillo,
revista El Gran Musical, Madrid, junio de 1978)
A los grandes guitarristas en su manejo con el instrumento se les aprecia,
técnica, frialdad, marcha y otros calificativos; en Salvador lo que priva a la
hora de tocar es una gran carga de sensualidad. Me dijo que jamás se había
orgasmado, separa una cosa de la otra: "Nada tiene que ver pero sí he soñado
en los solos que produce una guitarra solista; incluso, si he de ser sincero, la
primera vez que me acosté con una mujer solo le presté atención a un disco que
estaba oyendo de John Mayall con Mick Taylor; en aquellos momentos era solo Mick
Taylor; tal vez fue un hecho obsesivo."
(Declaraciones a Magda Bonet,
revista Popular1, Barcelona, enero de 1978)
¿Ha cambiado mucho la industria discográfica desde que empezaste a dedicarte a
la música?
"Completamente, no tiene nada que ver. Es más, ahora mismo está a punto de
extinguirse. Lo que se entiende ahora como industria discográfica lo veo de
difícil mantenimiento. Internet ha cambiado absolutamente los ejes del
mundo. Internet tiene unas ventajas maravillosas pero también ha traído
algunas desventajas. Sólo los músicos y la gente de la industria que sepamos
adaptarnos a las nuevas circunstancias que están surgiendo sobreviviremos y
los que nos quejemos del top manta y de Internet no haremos nada."
(Declaraciones a Patricia Aceves,
revista Medicampus, Madrid, noviembre de 2005)
"Siempre me ha gustado estar al corriente de cuantas novedades iban saliendo en
torno a la guitarra. Imagínate, en 1966 me compré mi primer fuzz-tone, un año
después el primer pedal wah wah que salió, también el primer flanger...
Empecé grabando con cuatro pistas, luego ocho, así hasta veinticuatro... hasta
llegar a las posibilidades que tenemos hoy en día, es algo increíble. He
disfrutado mucho empleando loops, vocoders, secuencias... LLevo mucho
tiempo tocando con lo que es mi Stratocaster y mi Marshall, y toda esta
tecnología al alcance de nuestras manos nos permite todo un mundo de expresión,
de experimentación, un "ir más allá" de los límites de mi guitarra."
(Declaraciones a Almudena Eced,
revista Guitarra Actual!, Barcelona, 2006)
"Durante las giras a mí no me vas a ver ni el pelo. Me paso todo el día en la
habitación, tocando la guitarra. Por las noches no, después del show, mucha
cerveza y derrape, porque si no puedes llegar a volverte loco. No es que me
imponga un tiempo para practicar, sino que es lo que más me gusta. Suelo
quedarme en casa 8 a 10 horas al día, para mí no representa ningún
esfuerzo, al contrario; me gusta investigar, agarrar una partitura de Bach y
pasar la parte de violín a guitarra eléctrica. Me viene bien como ejercicio de
lectura, y me da una mayor seguridad a la hora de tocar, aunque no lo utilice. Y
también lo que te decía de la cerveza y la joda después de tocar, porque si no,
no tienes nada que contar; pero si tienes muchas vivencias sin una base sólida,
técnica y armónica, tampoco sirve. Sobre todo porque actualmente creo que la
guitarra más osada está en el rock."
"Hace 10-15 años tenías a Di Meola, McLaughlin, John Scoffield y toda esa gente
abriendo nuevos caminos, pero ahora el hard rock está a la vanguardia, tanto en
armonía como en técnica y velocidad. El hard rock me permite incorporar mis
influencias de flamenco y todo lo que me gusta de la música clásica. Utilizo
muchas escalas de flamenco, principalmente la menor armónica, y eso me da un
estilo bastante distintivo. Piensa que cuando voy a Estados Unidos me presentan
como "Salvador, from Madrid, no tendría sentido que me pusiera a tocar como B.B.
King o Eddie Van Halen."
(Declaraciones a la revista El Musiquero,
Buenos Aires, 1988)
"Desde que Gary Moore lanzó el disco Still got the blues la gente volvió a
fijarse en modelos antiguos, en recuperar guitarras de hace décadas...
Nirvana era lo mismo: un retroceso a la psicodelia y al garage. Cuando los vi en
Madrid me dieron la misma vibración que cuando vi a Buffalo Springfield en 1967.
Incluso el techno es una vuelta: mucha gente está haciendo ahora lo que ya hacía
Tangerine Dream. Trent Reznor, Jane´s Addiction y The Pixies han influido mucho
en la música de los últimos años. Creo que los noventa se han caracterizado por
una mirada hacia el pasado y su fusión con lo actual. Lenny Kravitz es un
guitarrista que representa muy bien todo esto. A mí esa vuelta me parece
maravillosa."
(Declaraciones a Esteban Pérez,
revista Todas las novedades, Madrid, enero de 1998)
"Mi obsesión es no parecerme a nadie, sería estúpido ir a Chicago y pretender
tocar como B.B. King, ir a Detroit y querer sonar como Wayne Kramer o estar en
Los Ángeles y copiar a Joe Satriani. Uno tiene que tener su estilo y yo toco con
un estilo español perfectamente reconocible dentro de la dinámica heavy metal."
(Declaraciones a Xavier Santigosa,
revista Popular1, Barcelona, febrero de 1989)
"Mi carrera, como mi vida, ha sido un constante proceso de aprendizaje. Cuando
empecé a subir a los escenarios sólo tenía intuición y corazón. Era un
autodidacto puro, y la culpa la tuvieron el conservatorio y mi madre. Recuerdo
el empeño de mi familia para que ingresara en el conservatorio. Me resultaba tan
aburrido que hice todos los ejercicios al revés para que me catearan. El
conservatorio es muy aburrido para un niño que quiere tocar como su ídolo
rockero. Un chaval se asusta ante los estudios musicales. Pero luego las cosas
cambiaron."
"Es muy fácil que un músico se emborrache con el éxito. En la música moderna,
muchos piensan que todo se resuelve con ir de duro por la vida. Por suerte para
mí, siempre tuve la cabeza fría, y un día me di cuenta de que era imprescindible
estudiar teoría, aunque sólo fuera para olvidarla. Me puse como loco a tomar
clases. Cualquier habitación de hotel de cualquier ciudad la convertía en una
escuela, pagaba para aprender cómo tocaban otros, incluso aquellos que tenían
menos nivel que yo. Ser autodidacto no es ninguna limitación para el músico,
pero quizá sí para la música. Estoy pensando en los chavales de 11 y 12
años que he visto en Estados Unidos estudiando las partituras de sus ídolos.
Justo lo que falta en España. Y eso es lo que quiero intentar con mis métodos de
guitarra: pasar los trastos de todo lo que sé a los otros."
(Declaraciones a Alicia Mederos,
diario El País, Madrid, 21 de mayo de 1991)
"Nunca me he dedicado a la enseñanza personalizada, sólo enseño a través de mis
libros. eso de tener alumnos no me gusta nada, y no por ellos, sino por mí;
terminaría por convertirme en un profesor y yo no soy ningún profesor... soy una
bestia del escenario."
(Declaraciones a Manu Sardú,
revista Guitarra Actual!, Barcelona, enero de 2006)
"En realidad siempre he intentado ser consecuente conmigo mismo y aglutinar las
distintas influencias que he recibido: mis herencias personales, sin perder mi
propio sonido, mi personalidad. Lo más difícil para un músico es mantenerse a lo
largo de los años con credibilidad. Tratar de ofrecer cosas nuevas sin dejar de
ser fiel a uno mismo."
(Declaraciones a M. Bonifaz,
revista Antena de Radio y Televisión, Madrid, septiembre de 1992)
"Me parece patético el suicidio, pero no creo que se le pueda atribuir a una
determinada moda, así tan gratuitamente, las causas de una muerte", dice el
guitarrista español Salvador Domínguez, uno de los pilares del heavy rock en su
país y miembro del disuelto Tarzen, junto a los hermanos argentinos Danny y
Michel Peyronel.
"Todo es relativo, - opina Domínguez - no se puede afirmar que
Shakespeare, por ejemplo, incite al suicidio con Romeo y Julieta. Siempre hubo
voces que se alzaron en favor de la prohibición. Goethe también tuvo sus
problemas. Y yo no creo en las prohibiciones. Confío en la inteligencia del ser
humano. Esos chicos se hubieran suicidado igual sin Judas Priest, después de
consumir 200 litros de alcohol y 300 kilos de drogas. Sigo confiando en que la
libertad se va a imponer. Y dentro de esa libertad, después son los medios de
comunicación los que deciden si difunden o no a cierto artista."
(Declaraciones al diario Clarín, Buenos Aires,
29 de junio de 1990, días antes de que la Justicia
de los Estados Unidos dictaminase si la música del grupo británico Judas
Priest indujo a dos adolescentes de Reno, Nevada, a un intento de suicidio
que determinó la muerte de uno de ellos.)